Necesito sentir el fuego por mis venas versa Marazu en los primeros versos de la canción encargada de abrir su nuevo trabajo Todo lo que tengo. Una declaración de intenciones de lo que presenta en éste su quinto álbum de estudio, que lleva por título La Casa.
Una decena de canciones repletas de calidad sonora en la que el
cantante y compositor abulense canta su verdad, su manera de vivir, de sentir, mostrando
lo mejor de sí.
Con ritmos folclóricos, que saben a tierra, a pueblo, a casa,
a raíz, es como abre este nuevo trabajo, para regalarnos después una preciosa
caricia intimista, de esas con las que el abulense es capaz de herir, verbalizando
con sus notas, su ADN, y es que no hay otra forma de hacerlo mejor.
Recorriendo lugares infinitos llenos de luz, continúa este viaje sonoro, con una luminosa canción que no abandona la raíz y las brisas del otro lado del océano. Y la sonoridad de la gran pantalla, el sonido el séptimo arte que tan bien domina, y que le llevó a estar pre nominado a los premiso goya, no podía faltar en varias canciones de este nuevo trabajo.
El epicentro de la obra, sobre lo que todo gira, es para la
maravilla que da nombre al álbum. La Casa. Un regalo musical para su abuela,
trenzado con hilo de oro, que construye el artista desde lo más recóndito de
sus entrañas. Cariño y belleza hecha canción.
Los medios tiempos y sosegados cortes de crooner, brillan en
la segunda mitad del álbum. Un remanso de paz, un recorrido por su esencia, su infancia,
su familia, su raíz, su verdad. La imperiosa necesidad de expresar lo que siente,
lo que es y le hace feliz. ¿Hay acaso mayor éxito que disfrutar con lo que te
hace feliz?
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